Un cazador furtivo se quiso resistir a la policía y a los inspectores de la Dirección de Fauna y Flora, cuando lo sorprendieron trasladando en su vehículo con gran cantidad de armas de fuego en el establecimiento “El Rezongo”, ubicado a 25 kilómetros de Sauce.
Aseguran que hasta quiso empuñar su rifle de alta calidad, y amagar disparar también contra el cuidador de la estancia. Todo fue captado por imágenes desde un celular.
A metros se encontró un ciervo muerto sobre una rama de un árbol, y un más retirado del lugar, un búfalo decapitado con impactos de bala. Este bovino de gran tamaño no integra la lista de animales permitidos para caza deportiva.
La persona, identificada como Héctor Miño, fue detenida por integrantes del PRIAR, pero fue liberada a las pocas horas del operativo por orden del Fiscal Gerardo Cabral. La justicia mostró cierta benevolencia con el aprehendido.
Aunque lo peor del caso, es que este hombre, antes era empleado del organismo ambientalista de la provincia, y ahora oficiaba de guía para los cazadores, que eran un total de seis. Dos fueron atrapados. Miño, y otro oriundo de Santa Fe.
Tampoco es la primera vez que a un miembro de Fauna y Flora en Corrientes, se lo halla en esta práctica ilegal.
Hay alrededor de 60 cotos de cazas en la zona, sobre todo del ciervo axis y también del jabalí europeo, los que fueron introducidos en la provincia hace alrededor de un siglo para desarrollar esta actividad, que mueve millones y millones de pesos por año.
Son prácticamente polígonos de tiro donde se utilizan armas de guerra de gran impacto y explosión.